Rafael de Riego
Su inicio en la carrera militar
Rafael del Riego, nacido en 1784 en Tuña, Asturias, se destacó como un militar y revolucionario español. Criado en una familia hidalga pero de escasa fortuna, estudió leyes en la Universidad de Oviedo. En la primavera de 1807, partió hacia Madrid para unirse a la Guardia Real. Sin embargo, su compañía se vio envuelta en el golpe de Estado liderado por el príncipe Fernando contra su padre, el rey Carlos IV. A raíz del motín de Aranjuez en 1808, Riego perdió su destino y su vida tomó un giro inesperado.
El exilio y su conversión al liberalismo
Después del levantamiento antinapoleónico en mayo de 1808, que marcó el comienzo de la Guerra de la Independencia, Riego regresó a su provincia natal en Asturias decidido a unirse a los patriotas. La Junta Suprema del Principado lo nombró capitán ayudante del general Acevedo, jefe de la División Asturiana. Sin embargo, su regimiento fue derrotado en la batalla de Espinosa de los Monteros en noviembre de 1808, y Riego fue apresado y deportado a Francia, donde pasó cuatro años en prisión.
La lucha liberal y el pronunciamiento en Cabezas de San Juan
Durante su tiempo en prisión en Francia, Riego se sumergió en la ideología revolucionaria, leyendo libros de historia, filosofía y derecho. Se convirtió al liberalismo más radical y se involucró con logias masónicas a través de contactos con militares presos de otros países. En enero de 1814, logró escapar del campo de prisioneros y, después de una travesía por Suiza y Prusia, llegó a España. Desembarcó en Coruña y juró la Constitución de 1812.
El trágico final
A pesar de su valiente resistencia, Riego fue capturado por los colonos de la Nueva Población de Arquillos, Jaén, en septiembre de 1823, cuando intentaba liderar una resistencia contra la intervención de las fuerzas absolutistas. Aunque el Gobierno liberal se mantuvo durante algunas semanas en Cádiz, finalmente se disolvió después de obtener la promesa incumplida del Rey Fernando VII de no tomar represalias. El 1 de octubre de 1823, el Rey anuló la Constitución y desató una represión implacable contra los liberales. Riego fue juzgado y condenado a morir en la horca en Madrid el 7 de noviembre de 1823, marcando un trágico final en la vida de un hombre que se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la Constitución en la historia de España. Su sacrificio, sin embargo, no fue en vano, ya que la Constitución de 1812 fue restaurada en 1837 y se produjeron avances hacia un sistema parlamentario en España en las décadas siguientes. Rafael del Riego sigue siendo recordado como un héroe de la lucha por la libertad en la historia española.